Señales evidentes de faltas de humildad
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Déjame que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes de falta de humildad:
- pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás;
 - querer salirte siempre con la tuya;
 - disputar sin razón o –cuando la tienes– insistir con tozudez y de mala manera;
 - dar tu parecer sin que te lo pidan, ni lo exija la caridad;
 - despreciar el punto de vista de los demás;
 - no mirar todos tus dones y cualidades como prestados;
 - no reconocer que eres indigno de toda honra y estima, incluso de la tierra que pisas y de las cosas que posees;
 - citarte a ti mismo como ejemplo en las conversaciones;
 - hablar mal de ti mismo, para que formen un buen juicio de ti o te contradigan;
 - excusarte cuando se te reprende;
 - encubrir al Director algunas faltas humillantes, para que no pierda el concepto que de ti tiene;
 - oír con complacencia que te alaben, o alegrarte de que hayan hablado bien de ti;
 - dolerte de que otros sean más estimados que tú;
 - negarte a desempeñar oficios inferiores;
 - buscar o desear singularizarte;
 - insinuar en la conversación palabras de alabanza propia o que dan a entender tu honradez, tu ingenio o destreza, tu prestigio profesional…;
 - avergonzarte porque careces de ciertos bienes…
 
